Escrito por Coral Casallarch •
Publicado el 06 diciembre 2018
Con un regalo, muchas veces, puedes decir más cosas que con una palabra. Con un regalo puedes demostrar que conoces bien a esta persona. Un regalo no debería ser escogido con prisas. Con un regalo personalizado, único, diferente… das un valor añadido.
Hablamos, como os podéis imaginar de los regalos. No solo porqué en breve tenemos la Navidad aquí, otra vez, sino por qué cada experiencia vivida es un regalo que lo podemos convertir en un objeto personalizado para el recuerdo. Un regalo, desde nuestro punto de vista, no tendría que ir condicionado por una fecha. Tendría que ser hecho cuando te apetezca hacerlo. Porqué, el regalo más bonito es cuando lo marca el alma, no un calendario. Un regalo en un momento inesperado puede ser el mejor obsequio.
No obstante, se acercan días de regalitos y tenemos tantísimo que muchas veces no sabemos que regalar. Desde hace tiempo intento que mis regalos tengan un significado. Por ejemplo, una happiseta, que tenga un mensaje que cada vez que la persona se la ponga, se acuerde de mí, de nosotros, de una experiencia vivida juntos, o se acuerde de él o ella, o se acuerde de si mismo… lo que sea pero quien lo reciba se sienta importante e único.
Reglar significa dar una cosa como muestra de afecto o consideración. También significa sensación placentera que produce una cosa. Muchas definiciones podemos encontrar, pero lo más importante del regalo es el significado que le queremos dar. El mensaje que le quieres transmitir con este presente.
Cuando regalas un objeto personalizado, diferente, único significa que ha habido un trabajo previo. La persona que lo regala, con previsión ha tenido que acordarse que en dicha fecha es el aniversario, santo, navidades… Muchas veces solo nos acordamos de hacer este trabajo previo cuando son fechas señaladas. Los 18 años, los 25, los 30… nacimientos, comunión, bodas… pero cada día es una fecha importante. A veces regalar una taza a una amiga, hermano, madre… con una foto de unas vacaciones, un concierto, una vivencia importante en un momento inesperado para el receptor, es un regalo que provoca mucha más ilusión, porque no cuentas con ello. Por qué en aquel momento no lo esperas. Tenemos muchos momentos en la vida que se merecen un regalo, ¿no creéis?
Lo bonito de los regalos es que cuando los veas te acuerdes del momento o momentos vividos.
Y ya para terminar, solo recordarte que para esta o estas personas a las que tienes que hacer un regalo, el mejor regalo que tienen eres tu (y una happiseta).
Muchas gracias