Cuando Coral pensó en este proyecto quería, por una parte que llevaran su nombre. Nombre que le puso su abuelo, Ramón, a raíz de leer un libro el cual la protagonista se llamaba así. Su abuelo siempre le preguntaba si su nombre le gustaba, ya que se sentía responsable de su bienestar o malestar con su nombre. “Va a acompañarte siempre y quiero asegurarme que te gusta”. Coral siempre le respondía que su nombre le gusta mucho, y le daba las gracias por haber hecho la propuesta a sus padres para que la llamaran así, ya que ellos habían escogido otro nombre para ella. La verdad es que cuando lo piensa no se imagina con ningún otro nombre. CORAL le encanta.
Con su nombre quiere agradecer a todos y todo lo que ha pasado por su vida en estos 33 años. Con su nombre, de alguna forma están incluidos todos los que han hecho que Coral sea como es, hoy. «Todas las personas, absolutamente todas las que han pasado por mi vida han puesto su granito de arena en confeccionarme como soy. Todas las menos buenas y buenas experiencias. Todas las menos buenas y buenas elecciones. Todo me ha moldeado para la Coral que soy hoy. Así que tengo que dar las gracias a todos. Gracias, gracias, gracias.»
Con lo que tenía una parte del nombre. Pero le faltaba otra. Sólo con su nombre no transmitía todo lo que quería. Así, que una parte ya la tenía: Coral. Pero le faltaba otra que se complementara y representara felicidad. Y un día, en algún lugar, vió la palabra escrita happiness (felicidad en inglés) y pensó, «voy a llamar este proyecto Coraliness, siendo la fusión de Coral y Happiness«.
Esta fusión era perfecta para lo que quería transmitir. Y así nació el nombre.